Naufraga entre opiniones condensadas en el frío capitalino la propuesta de acabar con el espectáculo de las corralejas, a decir verdad, una de las tradiciones más antiguas del hombre Caribe.
El aficionado a las corralejas es feliz cuando esta fiesta se celebra en su pueblo, experimenta un pensamiento que solo se circunscribe a lo que normalmente se vive en el ruedo. En su mente se genera toda una narrativa alrededor de todo un ecosistema que se resiste a desaparecer y piensa: “el ganadero ordenará la salida del primer astado, un cara e queso de cuatrocientos kilos que con baba en su boca asoma la cabeza a la puerta del toril e infunde terror a todo el que se encuentra en el ruedo. Los toros seguirán desfilando por la plaza, las banderillas, los trapazos, las garrochas y los gritos irán y vendrán durante toda la tarde.”
Mientras prepara la pinta para acercarse a la ineludible cita con la tradición, el aficionado sigue recreando la mente con la película que puede presentarse dentro del tumulto de gente que se agolpa en este exitante mundo de las corralejas: “Algunos astados se llevarán entre sus cuernos esperanzas de vida, algunas embriagadas que terminarán cuando el toro las levante por los aires, las revuelque y las rebusque por el suelo.”
Buenavista acaba de vivir su temporada de corralejas y no hubo víctimas alrededor de esta celebración. Hubo un adecuado comportamiento por parte del público propio y visitante, dicen, los que saben, que las ganaderías respondieron a las expectativas y que la plaza de Buenavista va en crecimiento.
Me llamó la atención y aplaudo la participación de Jhon Mario Berrío en el ruedo. Fue galardonado como el mejor garrochero de la temporada y no es extraño que lo haya logrado. Jhon Mario ha sido uno de los excelsos portadores de esta práctica en distintos escenarios de la región Caribe, es un verdadero centauro al momento de ejercer la práctica de la garrocha.
No faltará quien lleve este tema a la polémica porque Jhon Mario es el alcalde y a muchos he escuchado decir que no le queda bien. Este comentario me lleva a cuestionar el ¿por qué no se da la crítica a los presidentes que practican golf o tenis en los clubes capitalinos? Acaso ¿es necesario alejarse de las pasiones que identifican a la persona desde antes, solo porque adquiere el rótulo de gobernante?
En lo personal reconozco en Jhon Mario a una de esas personas que durante muchos años representó a Buenavista en corralejas habidas y por haber en el litoral Caribe colombiano y le sugiero no alejarse de su práctica, su periodo de gobernante tiene tiempo limitado, su práctica, su pasión por las corralejas y el amor por los caballos es para toda la vida.
Tomado de: https://www.facebook.com/panoramadelsanjorge/posts/pfbid0JYF1d2phUJFv7sNouphGKHXw57zVZXej3HM8m4U9BZmzbNg8RSeupTc66j1kY133l